miércoles, 28 de diciembre de 2011

Y todavía sigo esperando, a quedarme más ciega.

Yo prefiero pensar que las personas son buenas, y que cuando lastiman, lo hacen sin querer. Prefiero no darme cuenta de que los padres incumplen sus promesas, y mienten. Quiero creer que puedo conseguir todo lo que me proponga, aunque no esté al alcance de mi mano. No quiero saber si esa sonrisa es verdadera o no. Sé que en el mundo donde vivo se juzgan las apariencias, la gente es prejuiciosa, se llama arte a la matanza de animales; es un mundo donde no puedes salir sola de casa por miedo, donde los ricos no dan ni los buenos días, donde uno se hace millonario solo por conducir un coche o por dar patadas a un balón; donde los políticos tienen menos cultura que cualquiera de nosotros, donde los que gobiernan se preocupan por sus bienes, y a los demás que nos den; donde para triunfar tienes que estar de lado de los malos, donde te llevan años a la cárcel por descargarte una pelicula, pero por asesinato estás seis meses, donde la igualdad es la mayor de las ironías.
Lo único que sé, es que el día que decida retirar mis manos de la cara, el día que abra los ojos de verdad; ese día, me quedaré ciega.

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